SOLEDAD
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y que al desvanecerse va dejando su visión
cenizas en mi corazón.
En la plateada esfera del reloj
las horas que agonizan se niegan a pasar
Hay un desfile de extrañas figuras
que me contemplan con burlón mirar,
es una caravana interminable
que se hunde en el olvido con su mueca espectral.
Se va con ella tu boca que era mia.
Sólo me queda la angustia de mi mal.
(Lo cantó Gardel en el film El tango en Broadway en 1934)
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